Claro que ahora puede surgir otra duda: entonces, ¿para qué lo empiezas? Pues sencillamente porque me pareció una buena idea empezar a hacer algo en el que quepa todo y no tener que limitarme a un tema concreto (como en otros sitios). Además, esta forma de actuar entronca a la perfección con la de aquél chiste típicamente gallego:
- Cómo tienes al perro así de enclenque, ¡dale de comer, hombre![Nota: el chiste, en caso de tener algo de gracia, la pierde completamente al estar en castellano].
- Para lo que hace...
- ¡Pues, entonces, mátalo!
- Para lo que come...
Este chiste recoge a la perfección lo que haré en este blog. Ni le daré de comer, ni lo mataré; estará vivo y estará muerto. Como el gato de la caja.
Ahora que lo pienso: ¿a quién le pueden interesar todas estas justificaciones más que a mí?
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