viernes, 17 de julio de 2009

Lavado de cerebro y conspiranoia

Estoy leyendo (a ratos) un libro que me regalaron mis últimos ex compañeros de trabajo: El alma está en el cerebro, de Eduard Punset. Entre las muchas cosas que se dicen en este libro, me llamó mucho la atención el capítulo dedicado al lavado de cerebro. En él, se viene a decir que todos estamos absolutamente convencidos de que lo que hay "dentro de nuestra cabeza" (nuestras ideas, nuestras opiniones, nuestros criterios, nuestros sueños, nuestros principios...) nos pertenece sólo a nosotros, que es (como la aldea de Astérix) el reducto donde resistimos ahora y siempre al invasor, donde nadie puede llegar y nuestra independencia está a salvo.

Punset dice que es una de las cosas que debemos "desaprender", que ahí puede entrar cualquiera y que cualquiera puede ser víctima de un lavado de cerebro. Entre los ejemplos que pone, me llamó poderosamente la atención el de las personas maltratadas: son víctimas de un lavado de cerebro constante y del que no son ni remotamente conscientes. Pero también me pareció interesante que considere que todos, absolutamente todos, estamos sometidos a un continuo lavado de cerebro. ¿Quiénes son los responsables? Básicamente dos: los medios de comunicación y la publicidad. A esta revelación, por llamarla de alguna forma, añade la apreciación de que esto sucede "aunque no nos sometan a una dieta hipocalórica para reducir nuestra resistencia mental" (no creo que sean palabras textuales, pero sí el sentido).

Y aquí salió mi vena conspiranoica. ¿Seguro que no es así? ¿Acaso no son los estándares de belleza actuales incitadores a dietas hipocalóricas? ¿No se ha extendido la anorexia, llamada en otro tiempo "la enfermedad de las princesas", hasta niveles deconocidos? Y, finalmente, ¿quién nos dice que todo esto no es más que una treta de fuerzas oscuras desconocidas para hacernos más débiles y doblegar nuestra resistencia? Ahora sólo me falta la risa malévola...

MUAHAHAHAHAHA

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