Pues bien. Si por algo destacaba este médico alemán era por su inteligencia y por su sentido del humos (suelen ir de la mano ¿no?). Así, cuando todavía estaba en la escuela, como también debía ser un poco vago, su profesor le castigó con una redacción de tres páginas sobre la pereza. El niño Koch cogió tres páginas y, con letras enormes, escribió:
En la primera Esto;No sé si será una anécdota real o una leyenda urbana, pero, sinceramente, me encantaría que fuese cierta.
en la segunda, es;
y en la tercera, pereza.
Visto en La aldea irreductible.
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